miércoles, 19 de febrero de 2014

Arte, costura y reciclaje

    Y bueno, roto el hielo del primer post, aquí va el segundo en el que ya la imagen toma protagonismo y de que manera, solo tienes que mirar el fondo que he usado para este blog. ¿Conoces la técnica del patchwork?  Esos cuadraditos de colores son de tela de trajes de flamenca.

  Ya comenté que siento que soy artista desde muy pequeña, y que no tengo prácticamente nada de mis primeros productos, pero sí que recuerdo perfectamente que uno de mis mejores juguetes era (y sigue siéndolo) una bolsa con retales de tela. La costura en mi familia tiene especial importancia, todas las mujeres (y somos mayoría) nos apañamos con las telas, pues siempre ha sido la forma más barata de ir bien vestidas y precisamente familia pudiente, como que no somos.

 Un entorno con telas, hilos, máquina de coser...  y una madre paciente que me explica cómo hacer tal o cuál puntada, cómo entender los patrones de una revista y las explicaciones de la misma y todos esos detalles que ella conoce, fueron las circunstancias adecuadas para que yo aprendiera mucho  y aunque llegué a hacer prendas de las que estoy muy orgullosa y ella me reconociera que son buenas, nunca he podido superar su habilidad y conocimientos.






 En este aprendizaje apareció un libro pequeño: "Guía del aficionado: costura" cuyas explicaciones e ilustraciones sencillas complementaban lo que mi madre me iba enseñando e incluso había cosas que ella no conocía, como el patchwork, que en este libro llama "parcheando".





  La  mayoría de los trabajos que hice con la técnica del patchwork han sido para mí misma, pero unos cuántos para regalo.

  Y el último que he terminado me ha servido para ilustrar este blog. ¿Qué es y para qué sirve? En las siguientes fotos están las respuestas:


( Je, je, en esta ya se puede adivinar que las clases de fotografía han servido para algo...)



 Tachánnn... bueno, no creo que haya sido muy difícil adivinarlo.

 Y es que, como dije antes, en mi casa la creatividad está motivada generalmente por gastar poco dinero, así que reciclando unas cuantos recortes muy pequeños de tela  de trajes de flamenca y otros de una mantita polar que había sobrado de confeccionar un disfraz, me salió bastante más barata esta funda de portátil de diseño exclusivo y pieza única.

 Y únicas son todas las piezas que se hacen a mano, y sí, a veces hay  pequeñas imperfecciones, pero éstas para mí son la garantía de que es una persona y no una máquina quien pone su energía y su cariño en aquello que crea con sus propias manos.


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